Automatización, estandarización y excelencia en menos tiempo.
El proceso de las lavadoras HP es estandarizado y automatizado, lo que reduce el tiempo del procedimiento. Para la realización del lavado de instrumentos manuales el método consta de 14 pasos. Con las termodesinfectadoras AMSCO 7052 HP y 7053 HP el ahorro de tiempo es significativo ya que disminuye los más de 50 minutos de trabajo directo y más de 90 minutos del uso de equipos de esterilización.
Para reducir los pasos del procedimiento manual, AMSCO 7052 HP y 7053 HP utilizan un alto impacto de lavado donde la fuerza del rociado del agua presurizada y del detergente en el exterior de los instrumentos cumplen un rol fundamental durante el proceso. Además, la velocidad a la que giran los rociadores de agua es alta y la presión que ejerce es fuerte, reduciendo el tiempo del proceso debido al aumento de la acción mecánica.
Estas lavadoras están diseñadas específicamente para automatizar la esterilización de los equipos robóticos como Da Vinci.
El lavado automático garantiza la correcta limpieza de los instrumentos.
Vale destacar que para el lavado manual del instrumental hay que destinar recurso humano por 150 minutos por juego de 4 instrumentos para realizar el procedimiento de manera adecuada. Sin embargo, las termodesinfectadoras AMSCO garantizan la limpieza de los instrumentos y obtienen hasta 25% de reducción en tiempo de proceso manual.
En comparación, las termodesinfectadoras AMSCO dan como resultado un ahorro de más de 60 minutos de trabajo por juego de instrumentos lo que permite reasignar el recurso humano a los cuellos de botellas críticos del departamento y realizar más procedimientos robóticos sin dañar los instrumentos.
Por otro lado, en caso de realizar lavado manual, cada uno de los pasos que involucra el proceso posee diversos requisitos con tiempos estrictos y prolongados. Esta razón genera que el tiempo de dedicación al reproceso de instrumental resulte extenso y, al acelerar los tiempos, se incumpla con las instrucciones de uso dañando su vida útil.
Automatización y reasignación de recursos.
Que las instituciones sanitarias se sumen la transformación digital para implementar nuevas tecnologías tiene múltiples beneficios.
El proceso automatizado reduce el tiempo de remojo y elimina diversos pasos manuales como enjuague y el secado ya que los hace la lavadora. Incluso, hasta los detergentes en su versión ultraconcentrada HP ofrecen ventajas en relación a los utilizados de manera manual: generan menos espuma y eso les permite mantener la presión de limpieza estable durante todo el ciclo. Si el detergente generara más espuma, podría prolongar la duración del ciclo o extender el tiempo de exposición.
La relación entre la acción mecánica y la acción de detergente implica que el tiempo se acelere. De esta forma asegura el contacto del detergente con todas las áreas del instrumental ya que el agua y detergente presurizados pasan para hacer la limpieza de los canales a través de una serie de conectores.
¿Por qué invertir en termodesinfectadoras?
En muchas ocasiones se invierte en limpieza manual porque es un proceso crítico, pero se omiten otras partes, también fundamentales que aún en la actualidad, deben hacerse de forma manual como son la inspección y el montaje posterior. Si las instituciones cuentan con la automatización de AMSCO y confían en la excelencia del lavado automatizado, los profesionales que realizan el lavado manual podrían reasignarse para hacer la verificación y así evitar tanto disgustos dentro de las salas de cirugía como eventos adversos por utilizar instrumentos que no están en condiciones para su uso.
Automatizar un proceso crítico como este genera más beneficios por reasignar el recurso donde más se lo necesite. Además, libera el ultrasonido para usarlo en otros artículos como por ejemplo los dispositivos ortopédicos difíciles de limpiar.
Otro aspecto en el que estos equipamientos ofrecen una ventaja en relación al lavado manual es en el control de infecciones reduciendo el uso de antimicrobianos. Por ser un proceso certificado, disminuye el riesgo para los pacientes, garantiza su seguridad y eleva la calidad de atención de la institución sanitaria.
Asimismo, al tratarse de un proceso replicable y documentado, simplifica la presentación de información para las auditorías que cada institución tuviera que realizar.
Tener este tipo de instrumentales implica una inversión, claro está. Sin embargo, la estandarización en el proceso de lavado es fundamental para extender la vida útil de todo el instrumental.